Acto por el 25N en Pigüé: un llamado colectivo contra la violencia hacia las mujeres
En la mañana de hoy, en el banco rojo de la Plaza Sarmiento de Pigüé, se llevó a cabo el acto conmemorativo por el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer (25N). La jornada tuvo como eje central visibilizar, concientizar y prevenir la violencia de género, recordando a las víctimas y reafirmando el compromiso comunitario para erradicarla.
El encuentro contó con la presencia del Intendente Matías Nebot, concejales de los distintos bloques y vecinos que se acercaron para acompañar este momento de reflexión. Durante el acto, se presentó además una placa conmemorativa que permanecerá junto al banco rojo y que lleva la frase: “En memoria de las mujeres que la violencia machista nos quitó. Su recuerdo es nuestra lucha.”
Cada 25 de noviembre se recuerda el brutal asesinato de las hermanas Patria, Minerva y María Teresa Mirabal, activistas dominicanas asesinadas en 1960 por orden del dictador Rafael Trujillo. Su resistencia, su lucha y su legado las transformaron en símbolo internacional contra la violencia hacia las mujeres. En 1999, la ONU estableció esta fecha para honrar su memoria y profundizar la concientización en todo el mundo.
En este día se busca también nombrar y reconocer a todas las mujeres que sufrieron las consecuencias de la violencia feminicida, entendiendo que la violencia machista no sólo mata cuando arrebata una vida, sino también cuando limita libertades, cierra caminos y condiciona la participación política y social.
Desde el Área de Políticas de Género y Diversidad Sexual, se acompañan a diario situaciones de mujeres que atraviesan distintos tipos de violencias, con el objetivo de buscar justicia y construir una vida libre de amenazas. En lo que va del 2025, el área recibió 217 denuncias en el distrito y entregó 32 botones antipánico como medida de protección para casos de alto riesgo.
El acto concluyó con un mensaje firme y necesario: reflexionar, involucrarse y no mirar hacia otro lado. La violencia no es un tema privado ni un problema ajeno; requiere de una comunidad comprometida, que entienda que el silencio es cómplice y que la salida siempre será colectiva.